En Ecuador, la violencia de género está robando a innumerables mujeres su seguridad, dignidad y futuro. Cada día, las mujeres en Ecuador enfrentan amenazas inimaginables, desde el abuso doméstico hasta la trata de personas. ​Impactadas por las normas sociales y la falta de aplicación de las leyes, las mujeres en todo Ecuador experimentan tasas desproporcionadas de violencia. Además, en 2012 un estudio encontró que "En todos los niveles educativos, la violencia de género supera el 50%, sin embargo, en las mujeres con menor nivel educativo, la violencia alcanza el 70%." Esto atrapa a muchas mujeres en ciclos de pobreza y explotación.

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La prostitución y la trata sexual son dos ejemplos de violencia contra la mujer; sin embargo, en Ecuador se ven diferentes de lo que cabría esperar. La prostitución es legal en Ecuador siempre y cuando la persona sea mayor de 18 años, tenga licencia y trabaje en un burdel autorizado. Sin embargo, esto no significa que siempre se sigan estas reglas y el hecho de que sea legal no significa que no sea extremadamente perjudicial.

 

Aun así, en 2020, un estudio descubrió que había más de 67.000 mujeres en situación de prostitución en Ecuador, lo que supone un aumento de casi el 170% desde el año 2000. Además, es probable que las cifras reales sean más elevadas debido a la dificultad de registrar a todas las personas en la prostitución. De estas aproximadamente 67.000 mujeres, el 80,5% son madres y jefas de hogar. Quito es el hogar de más de 30.000 de estas mujeres en prostitución, lo que representa aproximadamente el 45,4% del total del país.

 

Entonces, ¿por qué tantas mujeres en Quito terminan en la prostitución? Si bien hay algunos casos de trata de personas, generalmente una falsa promesa de trabajo o ser obligadas a trabajar en la prostitución para pagar una deuda, la abrumadora mayoría de las mujeres trabajan en la prostitución debido a la pobreza. Como se mencionó anteriormente, más del 80% de estas mujeres tienen hijos para mantener, por lo que tratan de encontrar cualquier trabajo que puedan para mantener a sus hijos. La falta de educación y las historias de trauma y abuso también influyen en sus situaciones, ya que muchas de ellas sienten que no tienen otras opciones de trabajo. ​La realidad económica de estas mujeres las empuja a situaciones desesperadas mientras buscan soluciones, y la que a menudo encuentran es la prostitución.

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Entonces, ¿cómo podemos tener un impacto positivo en un tema que es tan complejo? ¿Cómo empoderamos a estas mujeres para que cambien sus vidas para mejor y superen los desafíos que enfrentan todos los días? ¿Cómo les ayudamos a entender que son amados por un Dios compasivo que quiere mucho mejor para ellas que su situación actual? ¡Visite nuestra página de impacto para obtener más información sobre el enfoque de End Slavery Ecuador!